top of page

Las cosas que digo cuando duerme.

  • El tintero rojo
  • 4 jul 2016
  • 2 Min. de lectura

No sabía lo que era dormir bien acompañado hasta que te conocí. He dormido acompañado, sí. Pero no tan bien como estoy durmiendo con ella. Y sí, habremos pasado solo una noche entera en la misma cama pero, hay siestas que parece que duren horas cuando solo han durado diez minutos. Y no apliquemos aquí el típico “cuando te lo pasas bien, el tiempo pasa deprisa”, porque quien dijo eso no tuvo nunca siestas tan agradables como las que tengo con mi novia. Y sí, estas siestas son tan aprovechadas que cuando abrimos los ojos debemos bostezar para dejarnos claro que queremos más.


No hay nada.



Nunca pensé que mi postura favorita para dormir sería en la que tuviese su cabeza en mi pecho. Incluso ahora en verano, incluso cuando su pelo me tapa la cara y me hace cosquillas en la nariz. Nunca pensé que terminaría deseando que llegase el momento de esas siestas. Nunca pensé que llegaría a fingir que duermo solo para poder observarte mientras duermes, ni tampoco pensé en la calma que me invade después. Nunca pensé lo mal que me sentaría que te despertases de golpe. Nunca pensé que su bostezo haría que mi corazón saltase de alegría.

No hay preocupaciones.

¿Sabéis lo más divertido de dormir con una persona?

La rutina. Porque aunque no esté planeado, va a pasar. Te vas a dormir y te darás cuenta cuando te despiertes y, con un poco de suerte, si ella también se ha dormido, habrás disfrutado de otra siesta rápida y agradable. Que seguro que sí. Ella también no falla. Coloca la cabeza en tu pecho y deja que tu respiración la envuelva mientras tú intentas hacerle cosquillas por el pelo, las suficientes antes de que se te duerma el brazo y tengas que parar. Otra siesta.


No hay miedos.

¿Qué le dirías a tu pareja mientras duerme?

Sinceramente, no podría escribirlo. Si creías por el título que iba a escribir las cosas que le digo, lo siento. Siento que hayas leído toda la entrada solo para eso. Pero espero que te sirva para pensar en lo importante de las siestas acompañado. Pero bueno, tampoco podría decirlo. Ya he dicho antes que, cuando veo cómo duerme, mi mente se queda más en blanco que una hoja de papel sin nada escrito en ella. Siento una calma tan inmensa que lo único que puedo hacer es seguir observando cómo duerme.


No hay inseguridades.

Cuando ella cierra los ojos, yo me siento seguro.

댓글


Por Distrito Poético.                                                                                                                       Escribe con nosotros

bottom of page