Hermosa casualidad
- Scanteie
- 24 jul 2016
- 1 Min. de lectura
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¿Os habéis parado a pensar en cuántos amores nacen al día en los cruces de miradas? Es un dato abrumador, incuantificable. Son como hermosos fenómenos cuánticos que ocurren a escalas atómicos en nuestro subconsciente. Te subes al vagón del tren y lo ves, él te ve, os miráis, y en esa milésima de segundo tu cerebro se inventa toda una vida juntos o recree un sueño almacenado en el que sois protagonistas; o, no sé, tan sólo te lo imaginas desnudo por la mañana vistiendo únicamente su camiseta.
El caso es imaginar. Salir a la calle con una sonrisa y creer que cualquier hermoso desconocido puede ser ese significado que le buscamos a la vida durante años.
Se podría decir que el amor empieza ahí, en un cruce de miradas.
El truco está en esforzarnos por evitar que ese amor prematuro muera en cuanto el tren alcance una estación
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