top of page

(Des) conocidos

Dibuja esto en tu mente: le tienes cerca, tanto que podría inclinarse sobre ti, rozar su mano con la tuya, confirmando así tu previo temblor. Acercándose lentamente a tu cuello para inspirar tu olor, y presionando de una vez por todas sus labios contra los tuyos para después decirte que esperaba este preciso instante desde el primer minuto en que te conoció.

Le miras lentamente, observas sus ojos, esa mirada misteriosa e interesante que te hace vibrar, su sonrisa traviesa y te asombras de la alegría que es capaz de otorgarte en tan sólo un momento. Dejas que te abrace, que te prometa el “tal vez nos podamos ver la próxima semana”, el “siempre estaré ahí para ti”.

Sin embargo, y con la tristeza más grande del mundo, sabes que eso no volverá a pasar y nadie tiene idea de cuándo pueda suceder. De si es factible, incluso. Ya sea porque ninguno de los dos se atreve a hablar, a dejar las cosas en claro, a tomar cartas en el asunto cuando están tan cerca uno del otro y viendo fijamente los gestos mutos, a dejar claro lo que quiere cada uno, a decir un “¡Sí, me gustas!”; pero nadie da el primer paso. Ninguno admite que algo está sucediendo en ese espacio que les separa y mueren por unirse.

¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué somos tan cobardes y no somos capaces de aceptar una atracción, aunque eso no signifique un final de cuento de hadas? Será el miedo, la incertidumbre, la vergüenza, el orgullo, la cabezonería; por las mil y un razones que puedan surgir.

Imagina que estás justo enfrente de esa persona que te hace estallar de emoción y derriba todos los muros que tú construyes. ¿La dejarías escapar?

PD: No os convirtáis en dos desconocidos con recuerdos en común.

bottom of page